

En pocas palabras
- Japón está pasando por un proceso de transformación. Sus valoraciones son muy inferiores a las medias históricas y a las de sus homólogos mundiales, por lo que consideramos que es un punto de entrada atractivo para los inversores
- Tras décadas de estancamiento, la demanda interna está impulsando un sólido crecimiento del PIB en términos nominales. La consolidación de esta expansión que se retroalimenta sugiere que el cambio es algo más que un repunte cíclico.
- El gobierno corporativo sigue avanzando a buen ritmo: las compañías japonesas están reorientando el capital infrautilizado, además de generar valor para el accionista mediante medidas concretas.
- Las ineficiencias observadas en el mercado conceden margen para que los gestores activos mejoren las rentabilidades evitando aquellas compañías que erosionen el valor y desvelando oportunidades en un mercado que presenta una cobertura limitada en términos de análisis.
Japón está experimentando una transformación que posiciona al país como una de las oportunidades de inversión más atractivas de la actualidad. La naturaleza temporal de las tensiones comerciales contrasta con la poderosa conjugación de un robusto crecimiento impulsado por la demanda nacional y las notables reformas en materia de gobierno corporativo que están reconfigurando la economía. Sus valoraciones son muy inferiores a las medias históricas y a las de sus homólogos mundiales, por lo que los inversores cuentan ahora con la inusual oportunidad de invertir en la transformación estructural de Japón.
La gran evasión: el PIB nominal de Japón y el renacimiento de la demanda interna
Tras décadas de estancamiento, el país nipón ha resurgido de lo que se dio en denominar las «décadas perdidas» con un renovado vigor. La prueba de esta transformación reposa en el sólido crecimiento del PIB nominal, que se debe en concreto más a la demanda nacional que al comercio exterior.
Este giro representa algo más que un repunte cíclico. Hablamos de un ecosistema de crecimiento que se retroalimenta y que se ha consolidado. Las compañías están reinvirtiendo en capacidad y productividad, al tiempo que el incremento de los salarios está impulsando el consumo de los hogares. La estabilidad de los precios respalda la constante expansión nacional, algo que se complementa con la fortaleza sostenida de los beneficios empresariales.
Gráfico 1: Armonización del TOPIX y el PIB: el reflejo del mercado japonés
Fuente: Oficina del Gabinete, Morgan Stanley Research. TOPIX (%), PIB nominal de Japón
(billones de yenes). e = estimaciones de Morgan Stanley Research.
Aunque el aumento de los aranceles estadounidenses de referencia plantea posibles obstáculos para los exportadores, la base económica de Japón se ha desplazado significativamente hacia los catalizadores nacionales. Asimismo, las compañías que presentan un poder de fijación de precios consolidado han puesto de manifiesto su capacidad para gestionar con eficacia las presiones en materia de costes mediante
ajustes en los precios.
El aspecto más revelador es la capacidad de Japón para mantener su trayectoria de crecimiento a pesar de los importantes retos: los cambios políticos internos, las subidas de tipos del Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés) y la incertidumbre del comercio con EE. UU. En este entorno, los inversores están volviendo a valorar los títulos nipones bajo un nuevo prisma, en el que no solo se descuenta una solidez cíclica, sino un giro estructural duradero.
El nuevo rumbo del capital: reformas en Japón
La reforma del gobierno corporativo representa la piedra angular de la transformación de la inversión en Japón. Tras décadas de asignación insuficiente del capital, ahora las compañías niponas están proporcionado valor de forma sistemática a los accionistas mediante medidas concretas.
Las reformas de la Bolsa de Tokio han propiciado este giro, al impulsar la eliminación de las cotizaciones de empresas matrices y filiales, y la reducción de las participaciones cruzadas. El impacto es claro: las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) corporativas por valor de más de 100 millones de dólares se dispararon de 15 en 2019 a 60 en 2024, y ya se habían anunciado 29 operaciones en los primeros compases de 2025.1 La rentabilidad para los accionistas también ha alcanzado niveles sin precedentes. Tras el anuncio de losaranceles del «Día de la Liberación» de abril de 2025, los anuncios de recompra aumentaron un 91% interanual hasta los 8,3 billones de yenes, y las previsiones apuntan a un rendimiento récord en materia de recompras del 2,5% para el ejercicio fiscal 2025.2
Gráfico 2: La cifra récord de recompras apunta a una transformación empresarial de Japón
Fuente: Factset, Jefferies, Bloomberg. Datos a 16 de mayo de 2025.
La transformación va más allá de la remuneración de los accionistas. En un contexto inflacionista y con arreglo a los nuevos requisitos de información de la Agencia de Servicios Financieros, las compañías están optimizando sus balances y reorientando el capital infrautilizado de sus tesorerías, propiedades inmobiliarias y acciones cruzadas hacia inversiones productivas que permitan un crecimiento sostenible.
Gráfico 3: Revolución en los balances de Japón
Fuente: Bloomberg, FactSet, QUICK Workstation, I-N Information Systems, Toyo Keizai, Morgan Stanley Research. El universo es el TOPIX 500, excluyendo los valores financieros. El capital infrautilizado incluye efectivo y depósitos, acciones cruzadas, acciones de empresas dedicadas a un segmento en exclusiva (pure investment) y bienes inmuebles.
Este cambio sistemático apunta a un considerable repunte de la rentabilidad de los recursos propios (ROE, por sus siglas en inglés). Las firmas japonesas podrían elevar la ROE del 8,5% al 11%3 en los próximos tres años activando los activos improductivos, un proceso que ya está en marcha. En el caso de los inversores, esta medida supone algo más que una mejora en términos cíclicos: constituye un cambio fundamental en la forma en la que las compañías japonesas generan valor para los accionistas.
Perspectivas a corto plazo: fortaleza en momentos de incertidumbre
La reciente volatilidad del mercado enmascara la interesante transformación económica a largo plazo de Japón. En esencia, la economía muestra una salud notable, que hunde sus raíces en un mercado laboral robusto y unos salarios al alza que siguen alimentando el consumo interno. Estos catalizadores internos ofrecen una protección natural frente a las actuales incertidumbres comerciales.
Aunque sigue sin estar claro cuándo se hallará una resolución al conflicto comercial con Estados Unidos, la fuerte posición negociadora de Japón sugiere que estas tensiones son más transitorias que estructurales. Una red de producción flexible en el extranjero —a lo que se suman concesiones específicas en materia de importaciones agrícolas, adquisiciones de defensa e inversiones energéticas— ofrece vías claras hacia el acuerdo.
El impacto de los aranceles sobre los beneficios empresariales parece manejable, por lo que nosotros seguimos poniendo el foco en compañías que presentan un poder de fijación de precios consolidado en nuestras carteras. La mayoría de los conglomerados empresariales afectados denotan que pueden gestionar con eficacia los aranceles mediante ajustes de precios, lo que sugiere una vulnerabilidad limitada de los beneficios. Aunque queda de manifiesto que se observa cierta cautela en
términos de inversión de capital, parece no ser más que una cuestión de calendario que una inquietud estructural.
Si se tienen en cuenta estas condiciones, se prevé que el BoJ proceda con mesura, y que cualquier nuevo ajuste de los tipos en 2025 dependa de la evolución del comercio. Dado que la inflación ya se ha arraigado tanto en la economía como en la mentalidad empresarial, no esperamos que la normalización de las políticas haga descarrilar la buena dinámica del crecimiento.
La actual debilidad de los mercados ha creado atractivos puntos de entrada, a lo que hay que sumar que la renta variable japonesa cotiza a valoraciones interesantes en comparación tanto con las medias históricas como con sus homólogas mundiales, en especial si se observa la relación precio/valor contable. A medida que vayan avanzando las negociaciones comerciales y se disipe la incertidumbre macroeconómica en el segundo semestre de 2025, los inversores deberían reconocer cada vez más las fortalezas fundamentales de Japón, en lo que se incluye su consolidada dinámica de inflación y su saludable demanda interna.
La gran rotación: ha llegado el momento de Japón
La era del «excepcionalismo estadounidense» en la rentabilidad del mercado parece acercarse a un punto de inflexión tras una notable racha de 15 años. Aunque los mercados de renta variable de EE. UU. se han beneficiado legítimamente de valoraciones elevadas debido a su crecimiento superior de los beneficios y a su liderazgo temático, la dinámica actual del mercado sugiere un posible cambio de narrativa.
El giro de la actual Administración estadounidense hacia una reducción del déficit y las restricciones fiscales suponen una ruptura decisiva respecto a las políticas expansiones anteriores, en un momento en que los estímulos alcanzaban niveles de periodos de guerra, pero en tiempos de paz. Dichos estímulos han catapultado el crecimiento del sector privado, además de determinar las valoraciones de mercado.
A medida que se endurecen las políticas fiscales, las dudas en torno a la sostenibilidad de unos niveles de crecimiento excepcionales pueden incidir en la confianza de los inversores y en los múltiplos de valoración.
Al moderarse la hegemonía de Estados Unidos, Japón emerge como beneficiario principal de este panorama cambiante. El mercado exhibe un argumento de inversión interesante: reformas estructurales que aumentan el valor para el accionista, un vasto universo de compañías de alta calidad capaces de un crecimiento sostenible de los beneficios y una infraestructura de mercado madura similar a la de Estados Unidos. Esta conjugación de transformación del tejido empresarial y posible expansión
de los múltiplos, respaldada por potentes instituciones, sitúa a Japón como un destino cada vez más atractivo para el capital de todo el mundo.
Gráfico 4: La rentabilidad de los índices japoneses en los últimos 10 años se ha visto impulsada por el crecimiento de los beneficios
Fuente: Jefferies. Mayo de 2025 MSCI por regiones – Desglose de la rentabilidad en moneda local (últimos 10 años, tasa anual de crecimiento compuesto). Los índices incluyen el MSCI Japan, el MSCI Europe y el MSCI EM.
Conclusión: es el momento de que Japón experimente una recalificación estructural
Japón vive un momento inusual en el que convergen la reforma empresarial, la estabilidad económica y unas valoraciones atractivas. En el núcleo de esta transformación se halla un cambio sin precedentes en el comportamiento de las empresas. El auge de las reorganizaciones estratégicas, las remuneraciones récord de los accionistas y la optimización sistemática de los balances demuestran el compromiso de Japón con la eficiencia del capital. Teniendo en cuenta el posible repunte de la rentabilidad de la ROE gracias la activación de activos infrautilizados, el camino hacia la creación de valor es a la vez claro y medible.
La evolución corporativa cuenta con el respaldo de unos sólidos fundamentales económicos. Un ciclo de crecimiento salarial y una demanda interna que se retroalimenta han consolidado la resiliencia ante las perturbaciones externas, mientras que la actual incertidumbre del mercado —especialmente en torno a las negociaciones comerciales— parece enmascarar más que reflejar la fortaleza subyacente de Japón.
El argumento a favor de la gestión activa resulta ahora más sólido que nunca y la mediana de gestores activos han mostrado sistemáticamente un comportamiento superior al del índice en todos los periodos de tres a 10 años.4 Lo han hecho en gran medida aprovechando dos ineficiencias clave del mercado: seleccionando cuidadosamente las mejores ideas (cherry-picking), al tiempo que han eludido el 60% de las compañías que erosionan el valor (con una rentabilidad de los recursos propios inferior al 10%), además de descubrir joyas ocultas en un mercado donde la mayoría de las compañías cuentan con poca cobertura por parte de los analistas. Son ventajas que las estrategias pasivas no pueden aprovechar.
La brecha entre la percepción del mercado y la realidad fundamental crea un punto de entrada convincente. Con los descuentos históricos en las valoraciones, los inversores pueden acceder ahora a la transformación nipona a un precio favorable.
A medida que los inversores mundiales reajustan la exposición al mercado de renta variable estadounidense, Japón se va encontrando en una posición única para aprovechar esta reasignación de capital, al ofrecer un vasto universo de compañías de alta calidad en un marco de mercado maduro. Ahora es el momento de mirar a Japón, pero no por lo que era antes, sino por aquello en lo que se está convirtiendo.