
Resumen
- El Gobierno de EE. UU. se encuentra paralizado debido a la imposibilidad de alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto para el nuevo año fiscal. En consecuencia, 750.000 empleados públicos se encuentran en suspensión temporal, aunque Trump ha sugerido que deberían ser despedidos todos.
- Desde el punto de vista económico, el impacto de este cierre —que ha ocurrido en numerosas ocasiones— es relativamente limitado. Además, los mercados financieros no parecen verse afectados.
- Una preocupación más relevante es la falta de datos económicos, ya que no se ha publicado el último informe sobre la evolución del empleo y existe la posibilidad de que tampoco se publiquen los datos de inflación.
- La Reserva Federal, que se mueve en un entorno altamente dependiente de los datos, se ve ahora obligada a actuar a ciegas.
- Dada la posibilidad razonable de que el cierre gubernamental se prolongue, la situación actual -ya de por sí frustrante-, podría volverse más problemática.
Esta semana hablaré sobre el cierre del Gobierno estadounidense, y analizaré si realmente supone un problema para los mercados financieros.
El cierre comenzó el pasado miércoles, 1 de octubre, y a día de hoy, sigue en vigor. Dado el desencuentro entre demócratas y republicanos, es muy probable que la situación de bloqueo se prolongue durante algún tiempo.
El cierre se debe a que el Gobierno de Estados Unidos no ha conseguido aprobar el presupuesto para el nuevo ejercicio fiscal. Como este comenzó el miércoles pasado, todas las funciones gubernamentales no esenciales han sido suspendidas hasta que se apruebe un nuevo presupuesto. En la práctica, esto implica que alrededor de 750.000 empleados públicos han sido suspendidos.
El presidente Trump ha sugerido que, en lugar de suspender temporalmente a estos trabajadores —enviándolos a casa sin sueldo—, deberían ser despedidos de forma permanente. Aunque está por ver si esto ocurrirá, la propuesta encaja con su agenda más amplia de recortar lo que él denomina la «madera muerta» del Gobierno.
Desde el punto de vista económico, el impacto del cierre es relativamente limitado. Se trata del undécimo cierre del Gobierno estadounidense desde 1980. El más reciente, ocurrido durante el primer mandato de Trump, entre 2018 y 2019, se prolongó durante 35 días y se estima que costó a la economía estadounidense alrededor de 11. 000 millones de dólares. De esa cantidad, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, unos 3.000 millones de dólares en actividad económica nunca se recuperaron. Aunque se trata de una cifra significativa, resulta relativamente pequeña en el contexto de una economía de 29 billones de dólares.
En cuanto a los mercados financieros, el impacto ha sido mínimo. Los índices bursátiles estadounidenses cerraron la semana pasada en máximos históricos y no se han observado grandes sobresaltos en los mercados de bonos. También cabe señalar que, a diferencia de cierres anteriores, este no está vinculado al debate sobre el techo de la deuda. Dicho límite se elevó en agosto en unos 5 billones de dólares como parte de la denominada “Big Beautiful Bill”, por lo que esa cuestión, al menos por ahora, queda fuera de discusión.
La principal preocupación reside en la falta de datos económicos. Debido al cierre, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) —encargada de publicar indicadores clave como los informes de empleo y las cifras de inflación— permanece cerrada. La semana pasada no se publicaron las solicitudes semanales de subsidio por desempleo ni el informe de empleo de septiembre, conocido como el informe de nóminas no agrícolas. Si el cierre se prolonga hasta mediados de octubre, tampoco se conocerán los resultados del informe sobre la evolución de la inflación.
Esto es especialmente relevante porque la Reserva Federal (Fed) se encuentra actualmente en un entorno muy dependiente de los datos. Sin acceso a esta información, la Fed está, en esencia, navegando a ciegas. Aunque dispone de fuentes de datos alternativas, estas cobrarán mayor importancia en las próximas semanas si no se encuentra una solución al cierre.
Según los mercados de predicción, como Polymarket, existe en estos momentos un 72% de probabilidades de que el bloqueo se prolongue hasta mediados de mes y un 25% de que acabe convirtiéndose en el más largo de la historia.
En consecuencia, aunque esta situación resulta más frustrante que preocupante para los mercados financieros, la falta de información – especialmente en lo que respecta a los datos de empleo y de inflación – podría convertirse en un problema. Dicho esto, tanto desde la perspectiva económica como desde la de los mercados, no se trata de un drama importante. Sin embargo, cuanto más se prolongue el cierre, más frustrante será.