
Resumen
- A principios de septiembre, el primer ministro Shigeru Ishiba anunció su intención de dimitir. Este fin de semana se celebrarán las elecciones para elegir un nuevo primer ministro.
- Hay dos candidatos: Sanae Takaichi, que sería la primera mujer primera ministra de Japón, y Shinjiro Koizumo, actual ministro de Agricultura.
- Koizumo es el favorito, pero se espera que el resultado sea reñido. Takaichi probablemente sería más intervencionista, y su victoria podría asustar a los mercados, recelosos del aumento de los niveles de deuda.
- Dada la falta de mayoría parlamentaria del Partido Liberal Democrático, en caso de victoria de Koizumo, sería necesario llegar a acuerdos con otros partidos políticos. Esperamos que esto ocurra.
- Nos hemos vuelto menos cautelosos con respecto a Japón y hemos aumentado selectivamente nuestra exposición a esta región. Su economía sigue siendo positiva y las reformas empresariales, junto con las previsiones de beneficios positivas, apoyan esta visión.
Esta semana nos centramos en Japón, un país que a finales de la semana será el centro de atención debido a la celebración de nuevas elecciones para elegir a un nuevo líder, tras la dimisión del primer ministro Shigeru Ishiba, quien perdió las elecciones tanto en la cámara alta como en la cámara baja. Los comicios llegan en un momento interesante para Japón. El país se enfrenta a un periodo de inflación, una tendencia que no se veía desde hacía décadas, y el Banco de Japón está a punto de subir los tipos de interés. La economía japonesa está demostrando ser relativamente resistente a pesar de los aranceles estadounidenses y del ajuste salarial que se está produciendo con la inflación arraigada en la economía.
Hay dos candidatos favoritos para las elecciones a la presidencia. El primero es Sanae Takaichi, que podría convertirse en la primera mujer primera ministra de Japón, y el segundo es Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura. Shinjiro es el más reformista de los candidatos y es hijo del ex primer ministro Junichiro Koizumi, que dirigió el país entre 2001 y 2006 y fue muy popular.
Koizumi es el favorito, pero se espera que la votación esté reñida. Si Takaichi llega al poder, podríamos ver más movimientos en los mercados financieros, dada la postura más intervencionista de Takaichi y sus probables medidas para aumentar el estímulo fiscal (Koizumo es más cauteloso en este aspecto). Sin embargo, un gran gasto público en un país donde la deuda ya representa el 260 % del PIB es algo que puede asustar a los mercados de bonos, y es posible que así sea. No obstante, cabe señalar que la mayor parte de la deuda japonesa está en manos de inversores nacionales, lo que significa que es menos vulnerable que, por ejemplo, la deuda del Reino Unido, que, en palabras del exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, depende de la «bondad de los extraños» para financiarse.
Takaichi también ha dicho que el Banco de Japón es «estúpido» por subir los tipos de interés, pero con la inflación arraigada en Japón y estancada en torno al 3,0 %, es probable que el Banco de Japón suba los tipos aún más desde lo que actualmente ha sido su máximo en 18 años. Sin embargo, con un 0,5 %, siguen siendo relativamente bajos. Si Koizumi gana las elecciones, el Banco de Japón considerará que tiene cierto margen de maniobra y subirá los tipos de interés a finales de este mes.
Así pues, este fin de semana conoceremos el resultado de las elecciones, pero conviene tener en cuenta que, dada la falta de mayoría parlamentaria, es posible que el Partido Liberal Democrático no consiga automáticamente que su candidato sea nombrado primer ministro. El nombramiento debe ser sometido a votación en el Parlamento, por lo que tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo para que se apruebe. Ya hemos visto acuerdos de este tipo en el pasado y hay suficientes partidos alineados desde el punto de vista ideológico como para que salga adelante la votación.
En cuanto a nuestra visión sobre Japón, somos un poco más optimistas y, dentro de nuestras carteras multiactivos, hemos aumentado la exposición a una postura más neutral. Los fundamentos económicos parecen razonablemente positivos y vemos resiliencia a pesar de los aranceles y el impacto de la inflación. Esperamos que la economía japonesa supere el crecimiento del 1% este año, con un impulso positivo continuado gracias a las reformas empresariales y las previsiones de beneficios positivas. También estamos observando un aumento de las recompras de acciones. En general, vemos un panorama alentador, pero seguiremos de cerca la evolución política.